lunes, 19 de abril de 2010

Responsabilidades Compartidas

Cuando las cosas no salen y los resultados no se dan, el foco de las críticas recae sobre los Entrenadores, quienes suelen ser el fusible en las situaciones de crisis. En la Argentina, el fútbol es el ejemplo más claro al respecto, donde los despidos y renuncias están a la orden del día, pero podríamos decir que esta modalidad o costumbre se ha trasladado a todos los deportes profesionales, con el básquet a la cabeza.
En esos momentos de crisis, en los que el DT de turno está en el ojo de la tormenta, los jugadores suelen salir en defensa del su “Jefe”, haciéndose cargo del mal momento declarando, palabras más palabras menos, que la responsabilidad es de ellos, que son en definitiva quienes salen a la cancha. Y a decir verdad, en parte, no les falta razón, pero solo en parte eh…
Los jugadores son los que salen a la cancha, y hacia ellos van dirigidas las quejas de los hinchas y las reprimendas de su propio Entrenador, y cuando alguno o algunos no están en sintonía con lo que pretende, terminan “pagando” saliendo del equipo.
Pero en toda organización que se precie hay un orden vertical, y en ese orden vertical, si los jugadores juegan mal o no responden a las consignas, el DT se lleva para si la responsabilidad de no hacerse entender, manejar mal el grupo humano o, sencillamente, haber fallado en la selección de personal, en aquellos casos en los que tenga la posibilidad de reclutar o conseguir refuerzos.
Repasando entonces, cuando los resultados no se dan, el jugador paga sentándose en el banco de suplentes o a veces hasta perdiendo el contrato; y el entrenador lo hace directamente con el despido. Pero hablábamos de la organización vertical, y siguiendo la línea ascendente, en el escalón superior están los dirigentes (o el manager en el caso que lo hubiera), quienes son responsables directos de la elección del entrenador y de aprobar sus pedidos en materia estructural y fundamentalmente en lo que hace a la contratación de jugadores.
En consecuencia: el marche preso tendría que ser para todos, pero en la Argentina nuestra de cada día, siempre el hilo se corta por lo más delgado, y salvo honrosas excepciones, no hay castigos ni reprimendas para aquellos que están en el punto más alto de la pirámide de mando.

¿Soluciones? Y… Si te gustan la magia y crees en las brujas, lo mejor es consultar la bola de cristal. Pero si sos del mundo terrenal, las recomendaciones pasan por algunos ítems que, por comunes, solemos olvidar a la hora de tomar decisiones:
- Tomar Distancia: Decidir encima de los hechos o con las pulsaciones a mil no suele ser recomendable y a veces, por más que la realidad sea apremiante, el consejo de “contar hasta diez” o mirar desde otro ángulo puede ayudarnos a evitar una mala elección.
- Mirada Amplia: En términos futboleros, al jugador se le pide siempre que levante la cabeza, pero a la hora de tomar decisiones los encargados suelen agacharla y encarar para adelante en lugar de tomarse un tiempo prudencial para escuchar opiniones de gente experimentada o especializada.
- Buscar Información: Cuando decidimos apresuradamente no hay tiempo para evaluar ni para escuchar opiniones, y mucho menos para recabar la información necesaria para apoyar esa decisión. En el deporte, muchas veces se elige un jugador o un entrenador por la chapa o por algunos antecedentes, pero no siempre se hace una evaluación profunda de características personales o profesionales que terminan siendo decisivas para la consecución de resultados positivos.
Así, nos encontramos con un DT que en un primer ciclo nos dio resultados brillantes y apenas un par de años después no le encontró la vuelta al equipo y se tuvo que ir por la puerta de servicio del club en el que fue ídolo; o con jugadores que la rompen en un club y terminan fracasando en otro porque no consiguieron adaptarse a las exigencias y necesidades de otra institución. A veces esto se da por obra y gracia de la casualidad, pero la mayoría de las veces, una buena investigación podría habernos aportado datos que nos hubieran permitido pronosticar con mayor certeza si ese DT que fue tan bueno está en condiciones de repetir lo hecho con este plantel o en este momento particular, o si aquel jugador que en el Club X la rompía, está en preparado para dar el salto.
- Tener Claro el Horizonte: Si los dirigentes tienen claro el Proyecto el camino está allanado, ya que las posibilidades de conseguir un Gerente (Entrenador o Jefe de Equipo) adecuado a sus metas será mucho más fácil; ya que no es lo mismo un “Bombero” que venga a motivar para salir del pozo, que un especialista en potenciar o bancar jugadores de las inferiores, o un DT Jerarquizado para llevar adelante un equipo poblado de figuras, por citar solo algunos ejemplos. Muchas veces, los encargados de tomar las decisiones no tienen muy claro cual es su horizonte, y terminan eligiendo al tun tun un Gerente a quien le dan potestades ilimitadas para que los saque del paso, y esas son generalmente las decisiones que se terminan lamentando.
Los éxitos y los fracasos, en un equipo, son producto del trabajo mancomunado de todos aquellos que lo componen: dirigentes, cuerpo técnico y jugadores, y las grietas que llevan al fracaso empiezan a resquebrajar las estructuras cuando, en lugar de apoyarse unos a otros, cada uno empieza a jugar su propio partido.

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