Todo aquel que haya formado parte de grupos humanos lo sabe:
El Buen Clima es el condimento más importante en la ensalada de un Equipo
Ganador.
A priori, puede parecer un sobre dimensionamiento del costado humano un Equipo,
en el que obviamente hay que tener en cuenta también habilidades, capacidades,
talentos. Pero si alguna vez formaste parte de un grupo, sabes de lo que estoy
hablando.
Algunos entrenadores o Jefes de equipos (tanto en lo
deportivo como en lo organizacional) suelen cometer el error garrafal de
restarle importancia al Factor Humano y las Relaciones Sociales, y salvo contadas
excepciones lo terminan pagando muy caro.
El Factor Social, la interrelación entre las partes del
Grupo, es, sencillamente, Determinante para la suerte del Equipo, porque a
partir de un buen clima se empieza a generar la famosa química grupal, que es
el desencadenante de la tan anhelada cohesión, a partir de la cual los
integrantes del Equipo terminan poniendo al “Nosotros por encima del yo”,
convirtiendo al grupo en un verdadero bloque.
La buena onda, cuando es real, profunda, trae consigo que
aumenten valores como la solidaridad, la generosidad y
especialmente la tolerancia, tan importante cuando hablamos de actividades de
alta presión, como la alta competencia o el deporte profesional.
La buena onda abre paso también, aunque parezca mentira o
muy tirado de los pelos, hacia una mayor calidad en la toma de decisiones, ya
que cuando lo que prima por encima de todo es el bienestar del Equipo, no hay
sospechas, no hay desconfianza, no hay egoísmos y no hay amigos a quienes
favorecer, sino solamente una decisión que tomar buscando lo más efectivo para
el Equipo.
Por eso, dejar el vestuario en manos ajenas, sin control,
sin pautas ni patrones claros, puede ser algo así como jugar a la ruleta rusa,
o sin ser tan extremista, como mínimo, es desaprovechar la chance de potenciar
a la “n” los talentos y capacidades de tu Equipo.
El Buen Clima no es todo… Pero casi.
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